MARCAPASOS
Escribe: Roberto Márquez
Hace unos días el responsable del
Programa Nacional de Chagas, anunció la socialización de una Ley que busca implantar ‘marcapasos’ en pacientes con cardiopatía
chagásica -una complicación de la Enfermedad de Chagas-, para cubrir al 10% de
personas que sufren de la tripanosomiasis
chagásica.
Según el propio Ministerio de
Salud, la Enfermedad de Chagas,
transmitida por la Vinchuca, en una vasta zona endémica que abarca al 60% del
territorio nacional, habitan alrededor
de 4 millones y medio de habitantes, expuestos a la enfermedad. Se deduce entonces que, medio millón de
personas, recibirían tales marcapasos. Veamos: El costo de un marcapaso debe oscilar
en el mercado entre 3 mil a 11 mil dólares, dependiendo de sus
características y del tipo de artefacto necesario, ‘para cada individuo’, y sin
considerar los costos médico-quirúrgicos
La medida parece loable, y de
hecho lo es. Sin embargo, tal propuesta
ha sido analizada y debatida ampliamente hace muchos años atrás, en la disyuntiva:
implantar marcapasos, o tomar medidas preventivas con participación comunitaria
efectiva. A estas alturas, se puede colegir que el Ministerio de Salud, parece
haber pedido la batalla contra la Enfermedad de Chagas, haber perdido la visión
de la problemática, y los objetivos del Programa, para lanzarse a una política
anti-chagásica que puede ser graficada de esta manera: 'esperar que sucedan
accidentes, y dedicarse a atender a los accidentados’, en tal actitud, no puede
haber nada más incoherente que antepone una decisión costosísima, a la más
barata, de mayor impacto, de amplia cobertura y factible como son la
prevención, promoción, control, tratamiento y vigilancia de la Enfermedad de
Chagas.
Creo que el gobierno y las
autoridades de salud, deberían tomar las cosas en un escenario de una real
magnitud, y resolverlos primero con son: los problemas asociados a la falta de recursos
para un programa de control vectorial sostenible, fallas críticas que afectan
negativamente a la eliminación de las poblaciones de vectores en las viviendas,
falta de estrategias complementarias al rociado con insecticidas en las casas
infestadas con triatominos ‘Vinchucas’; estudios paralizados de evolución de la
resistencia al insecticida en poblaciones de campo de vectores de la enfermedad
de Chagas.
Lamentablemente se ha visto con
mucha preocupación que en las comunidades del Chaco el uso de insecticidas no
está dando los resultados esperados, habiéndose confirmado la presencia de
poblaciones de triatominos, que desarrollaron resistencia a los insecticidas
utilizados por el Programa Nacional y los Programas Departamentales de Chagas.
Los insecticidas que se están utilizando ahora, los carbamatos, resultan siendo
muy tóxicos para los seres humanos, animales, plantas, que crean pronta resistencia
en los vectores y falta de adhesión de las comunidades y las familias.
El Programa Nacional está
mostrando severas fallas en su concepción, tiene el deber de corregirlas. La
población se siente abandonada y no ve que las políticas desacertadas,
coyunturalistas resuelvan el problema de fondo. La Enfermedad de Chagas no se
combate con marcapasos.
Tarija, 22 de julio de
2013
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